Muerte y Beatificación

Juan Martín es un infatigable caminante y su parroquia es tan extensa como Francia y España juntas. En el camino los chinos lo detienen y lo golpean. "A veces tenía tanto miedo que no sentía el dolor." Entre dos vigías celebra la misa, instruye, exhorta. Observa también, escucha, aprende costumbres, nociones jurídicas cuya sabiduría reconoce. En el contacto con la gente perfecciona rápidamente su chino, hasta el punto de escribir bellos textos de oración en este idioma.
Juan Martín se entrega a Dios. "No me prometí convertir primero muchas almas sino hacer y sufrir en China lo que Dios quisiera."
En otras partes lucha contra prácticas usureras fuertemente implantadas en China y que impiden a los pobres salir del círculo infernal de las deudas. En un pequeño seminario en la montaña consagra tiempo a la formación del clero local.
1777
Unas hambrunas seguidas de una peste azotaron a la región.
El Beato recurrió a sus valientes cristianas y las envió por todas partes como ángeles de salvación para bautizar a los niños que estaban en peligro de la doble muerte
1780
Escogió a Francisca Jen a quien le envió a fundar la primera escuela que luego fue el primer noviciado de la Asociación.
1783
De nuevo en Francia se sentía cansado hasta la muerte, sin embargo no cesaba de decirse que un misionero no debe detenerse nunca en su trabajo.
Durante su viaje a Europa Juan Martín Moye aprovechó para escribir su Relación sobre lo que le sucedió en China.

Muerte
Murió en Tréveris el 4 de Mayo de 1793 a los 63 años de edad al contraer tifus.
 Beatificación
 Es proclamado Beato por el Papa Pio XII, el 21 de noviembre de 1954.
FUNDADOR

Fundada sobre las cuatro virtudes de pobreza, sencillez, caridad apostólica y abandono en la Providencia, la primera escuela, abierta en el caserío de St-Hubert, Vigy, dio nacimiento a seis congregaciones diferentes y, en estos últimos tiempos, a asociaciones de seglares que desean participar de la misma espiritualidad.

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